05 febrero 2014
(por Genrus )

Do mayor » »

17:30 horas. El semáforo de Av. Universidad y circuito interior bosteza y se pone en rojo. Mientras washawahseo distraídamente «We didn't start the fire», un cardumen de limpiaparabrisas y vendecosas se abalanza y se escurre entre los autos detenidos. Sé que por razones prácticas prefieren los sedanes bajos que las camionetas, así que les ignoro. Apenas noto cuando un hombre de unos 50 años se me acerca, y me ofrece una hoja de papel. Pienso que sólo reparte publicidad, así que bajo el cristal de la ventanilla.

Mientras me cuenta de los pormenores de la cirugía que necesita urgentemente para salvar su vida, reparo en que estamos frente a una clínica del ISSSTE. Ser atendido en ese hospital me parece un cruel suplicio que no le desearía ni a mis peores enemigos, así que le escucho con atención. Describe un periplo terrible que incluye mordidas de perro callejero y casi ser arrollado por un camión de basura en ese mismo cruce. Me muestra su mano vendada, y como epítome de su tragedia personal, subraya que es músico: tecladista, guitarrista y baterista, así que queda muy claro que será un muerto en vida si llegase a perder sus dedos. Hurgo en mis bolsillos, y sólo encuentro un billete de $20. No es una fortuna, pero me parece un precio algo alto para una historia que no termina todavía de convencerme, así que le ofrezco: te doy veinte pesos si me dices qué notas integran el acorde DO mayor.

El hombre ni siquiera intenta responder, y se apresura al vehículo que está detrás del mío; esa yunta torpe e intermitente de polímero y metal pronto reanudará su marcha, y ahora enfrenta el reto de hacer una versión corta de su historia sin que pierda el drama o el impacto. Lo sigo a través del retrovisor, pero la señora del chevy azul no parece tener tiempo para historias, y nos avisa a todos con su claxon que la luz ya ha cambiado a verde. Me siento un poco mal conmigo mismo; —¡Pinche mamón! Por ahí el tipo era de esos virtuosos que aprendieron tocando de oído y no tienen ni idea de lo que es un pentagrama—. Pero la señora del chevy insiste, así que mientras avanzo, subo el cristal y el volumen del radio.

We didn't start the fire
But when we are gone
Will it still burn on, and on, and on, and on... ♫