23 enero 2010
(por Genrus )

Las princesas son contagiosas.

A Valentina le encantan los libros. Tiene ya un par de estantes repletos, y su colección va creciendo junto con ella. Sin embargo, presto siempre especial atención a los libros que tiene en su buró. Los más maltratados, los que se lleva a leer al baño (no porque tenga el horrible hábito de hacer algo mientras va, sino porque el baño es un sitio donde puede encerrarse a leer sin que nadie la moleste), o a esas aburridas reuniones de adultos de las que no tiene escapatoria.



Puede parecer una obviedad; pero cuando un libro es escrito por un escritor, diseñado por un diseñador, e ilustrado por un ilustrador, los resultados son fascinantes. Y tristemente, esta afortunada combinación ocurre menos seguido de lo que debería.

Princesas (olvidadas o desconocidas)

Trato de que Valentina elija libremente cada vez que nos detenemos en una librería; sin embargo, no puedo evitar protestar cuando de repente se quiere llevar publicaciones con Mickey Mouse, o Winnie Pooh; enmedio de una de ésas discusiones, me encontré con este hermoso libro escrito por Philippe Lechermeier, e ilustrado por Rébecca Dautremer, así que se lo sugerí. Pero ella estaba muy enojada conmigo como para escuchar cualquier cosa. Así que lo llevé para mí.

Con sólo leer la contratapa, se sospecha que es un libro diferente; aquí aparecen Cenicienta y algunas otras celebridades; pero sobre todo, hay princesas desconocidas, princesas injustamente olvidadas. Hay cofres, hay jardines, un príncipe y mariposas negras. Hay amor, como siempre. Pero no hay sólo eso. La princesa Farragosa, Caprichosa, y Varaseca; Katapum, Dorremí, Barba Dulce y Tacatá; Deletrea de Eritrea, y tantas otras tan maravillosas ¡y tan poco mencionadas en otros cuentos! Este es uno de ésos raros libros que bien puedes leer de corrido, o simplemente comenzarlo en una página al azar, y dejarte guiar por los enlaces y el tejido. Lo tuve en mi buró algunos días, antes de que desapareciera misteriosamente. :)

El taxi de los peluches

Lorenzo Orejas no se creía ni el campeón de los juguetes, ni un peluche de oro. Disfrutaba del cariño de Natalia, y no se molestaba cuando ella elegía otro muñeco para dormir. Nada malo había pasado en su vida, hasta que un día se perdió. ¿A dónde van todos los peluches perdidos? Este es un cuento de Juan Villoro, ilustrado por Diego Álvarez, de cuyo trabajo me encantan las texturas y los claroscuros; son como un óleo que no ha terminado de secar, y que se mueve al ritmo de la historia.

Este título venía en la lista de libros escolares, así que lo compramos junto con todos esos tediosos libros escritos por pedagogos, educólogos y psico-loquesean. Lo leímos juntos antes de ponerle su riguroso plástico protector y la etiqueta con su nombre. No es raro escuchar a Valentina decir emocionada: —¡Hoy no tengo tarea! ¡Sólo nos dejaron leer un par de libros!—

Canciones de cuna para dormir cachorros

Cuando tu canto, tucán, suena pequeño
   es porque trae, tucán, un lindo sueño.

Un álbum de canciones musicalizadas e interpretadas por Julieta Szewach, acompañadas de un libro con deliciosas ilustraciones de Rodrigo Folgueira y Poly Bernatene; es tan completo y tan bien hecho, que pareciera producido por una multinacional del entretenimiento. Nah. Imposible: Disney ha logrado empaquetar y producir en serie casi todo, menos cosas como el amor con que Silvia Schujer hace esta obra que dedica a sus cachorros. Un afortunado hallazgo mientras estábamos en el shopping del Abasto de Buenos Aires. Valentina escuchó ese CD desde pequeña, y luego se maravilló cuando le contamos que había un libro sobre ese disco. Éste en particular, no es de sus favoritos. Pero sé que lo buscará cuando tenga a sus propios cachorros. Porque ella me lo ha venido diciendo desde que aprendió a articular palabras:

—Me gustan los libros para dormir, papi. Pero yo prefiero los libros para soñar.



6 Comentarios:

Frech dijo...

Cada que leo o escucho a alguien hablar sobre libros me pregunto: ¿que habe hecho mal que la lectura nadamas no se me da?

esta chido que ahora tu hija le de por leer. Los libros que cuentas suenan buenos, aunque ese de princesas como que se me hizo mas interesante.

igual, ahorita que dices eso de "diseñado por diseñadores e ilustrado por ilustradores"...cuanto se tardara en desaparecer todo eso con el kindle y esas cosas? ¬¬

Genrus dijo...

Creo que eso es como decir que escuchar música no se te da. Quizá lo que no has hallado es tu tipo de libro.

Y lo del kindle, no sé. Cuando el internet comenzó, algunos decían que los diseñadores nos quedaríamos sin empleo. :)

Kary dijo...

orales... me encantó la frase de tu nena con la que terminas :D

Me llamo la atención el de las princesas desconocidas =)...seguramente encontrare alguna mas normal jaja (o menos normal)

No me importa que ya vaya para los 30 y leyendo cuentos :l

Genrus dijo...

Soñar, es contarse historias que aún no se conocen. Ahí tienes a Amnesia y a Blandina, y al espejo viceversa, así como cursos de princesa por correspondencia. :)

Es un libro hermoso, Kary; apto para princesas de 1 a 100 años. ^^

Frech dijo...

La gran diferencia con la musica es que, puedes escucharla mientras haces otra cosa. a un libro le tienes que dedicar toda tu atencion, y...no se, no me da el tiempo, y me harto muy rapido.

he leido libros muy buenos (lotr, conde de monte cristo), otros no tan buenos pero entretenidos (da vinci code)...

pero el problema viene en que no tengo la paciencia de sentarme a no hacer nada mas que...leer.

Yadizz dijo...

Sabés ? cuando me pasaste el link de este blog, pensé:
-Ya, otro de Genrus ... algo visual me gustará y me enganchare, es seguro."

Yo soy una persona muy visual, si me gusta la imagen de algo, me lo compro aúnque no lo lea hasta mucho tiempo despúes. Me tardo en llegar, pero llego, y llegue a leer tu entrada ... dire que me fascino! Já!!!

Ahora estare como Kary, buscando el libro para leerlo, eso de las mariposas negras me gusto como se leía y ahora quiero saber más. :P

Siempre es bueno leer algo de tí!!