29 mayo 2010
(por Genrus )

A prueba de balas: cómic y cine. » »

Algunos llaman al cine 'el séptimo arte'. A alguien (fotógrafo, casi seguro) se le ocurrió que la fotografía es el octavo arte; y ya siguiendo con la fiesta taxonómica, alguno más colocó al cómic en el noveno peldaño. El cómic es una expresión artística con mucha frecuencia incomprendida. Ya lo decía Francisco Gabilondo Soler: a las personas serias les ofende que les cuenten las historias con dibujitos.


Sin adentrarnos demasiado en los meandros de los géneros, cine, cómic y literatura comparten el propósito general de contarnos historias. Dado el muy particular y casi inamovible lenguaje propio de cada una de estas expresiones, cuando una historia es llevada fuera de su 'hábitat' natural, provoca la misma sensación de vacío que una fiera en un zoológico, o que la poesía traducida. Y claro, en vez de disfrutar el hecho de que alguien se haya tomado la molestia de acercárnosla para que podamos apreciarla, nos quejamos de su interpretación y lo culpamos por la magia perdida.

Novelas y cómics han sido llevados al cine infinidad de ocasiones; quizá del mismo modo que para aquellos que han buceado en las aguas del Caribe ver peces en una pecera de cristal podría resultarles no sólo poco impresionante, sino hasta vulgar, cuando has leído una novela o seguido un cómic, es muy probable que tengas quejas sobre su adaptación al cine. Pero como en casi todo, las excepciones son redentoras.

Al hacer la conversión, la mayoría de los personajes provenientes de otros soportes como la literatura, el teatro, o incluso la televisión, adquieren algunas características que los enriquecen, y pierden otras que terminan por empobrecerlos. En el caso del cómic, el mayor escollo para lograr la mutación, es la recreación de la sintaxis, la simulación de las atmósferas narrativas de las viñetas. Nadie dijo que fuera fácil. Aún Hollywood no logra un Tarzán como el de Burroughs, o un Batman mínimamente convincente; Ásterix —con todo y Depardieu haciéndola de Óbelix— es un ejemplo de lo complicado que resulta.

Sin City

El cómic: Frank Miller estaba en la nómina de ilustradores de Marvel Comics cuando creó esta historia a principios de los noventas. Con varios éxitos de Batman y Daredevil en su currícula, hacer una historia negra y en blanco y negro (que no es lo mismo), parecía algo arriesgado para los cánones comerciales estadounidenses. Una ciudad decadente, perdida y llena de anti-héroes, violencia, sexo, drogas, en fin. Lo de cualquier ciudad.

La película: Lo más destacado de la cinta, es el cambio de sentido semántico; en vez de adaptar el cómic al cine, adaptaron el cine a la estética visual y a la dinámica narrativa de la historieta, logrando un resultado muy interesante. De inicio, la fotografía en blanco y negro altamente contrastada con brochazos de color para dar énfasis a la imagen en momentos clave, fluye junto con cambios de escena que ocurren literalmente 'en cuadritos'. No importa si sabes o no de qué va, la primera impresión es inequívoca: estás mirando un cómic. Robert Rodríguez1 y Quentin Tarantino, un par de especialistas en escenarios surreales con muchos balazos, junto con el propio autor Frank Miller no sólo 'dan vida', sino que hacen converger en un mismo punto cine y cómic, dos lenguajes tradicionalmente paralelos.

Boogie, el aceitoso

El cómic:Junto a Inodoro Pereyra, quizá el personaje más conocido de Roberto Fontanarrosa. Un excombatiente de un Vietnam sin cicatrizar aún, se convierte en un mercenario duro, sin más pasión que la sangre y sin más apego que a las armas. Misógino por excelencia, sostiene apenas unas cuantas relaciones desechables que usa para su conveniencia, navegando sin partido entre la mafia y la autoridad, sin más jefe que el mejor postor. "Todo humano me es ajeno, Marcia".


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- La historieta tiene una poética del dibujo impresionante. Maneja elementos muy cinematográficos como los planos que van y vienen , estos hombrecitos corriendo, las caras de los de atrás. Parecería que es un dibujo sin detalles, ése es su estilo, pero igualmente uno puede ver todo: las casas, las calles; se ven los autos, aun cuando no estén.
—Maitena


La película: Aquí los guionistas enfrentaron a un problema similar al de los de la película de Tom y Jerry; ¿Cómo hacer un largometraje con una historieta que escencialmente se compone de gags cortos y secuencias autoconclusivas? La producción no contó, como en Sin City con la aprobación y visto bueno del creador, y encima es mexicana, lo cual también despertó cierto vituperio chauvinista entre los fans, y comentarios desfavorables de los críticos, quienes además reprochaban que el exceso de sangre y de violencia le hacían perder el 'efecto Fontanarrosa'. Demasiado rígido, diría yo. Primero, porque esto es más un fan-art que un intento de perpetuidad, y segundo porque lo que se llevó a la pantalla grande no era un cómic, sino una tira. Boogie nació en la revista Hortensia, no en Marvel Comics. El resultado fue bastante aceptable. Habría que recordarles a esos críticos del Clarín, que la poesía traducida siempre pierde algo.

V for Vendetta

La película: En la mayoría de los casos, el mejor efecto se produce cuando dejas que el libro te enriquezca la película, y no cuando por el contrario, la película te empobrece el libro. Miré V for Vendetta sin conocimiento previo de su origen en el cómic, pero era fácil intuír que había más sobre este singular personaje; muchos aspectos de la historia no 'cerraban', y se notaban algunas subtramas tratadas con una tibieza inusual como para ser simples caprichos del guión. Poco después, el todopoderoso Google se encargó de confirmar mi teoría.

El cómic: Conseguí los diez tomos del cómic original de 1981. La historia nos muestra un futuro distópico: la III guerra mundial ha teriminado en 1997, y sus efectos han sido devastadores. Inglaterra se encuentra sumida en el caos, y el partido laborista tras ganar las elecciones, reestablece el orden convirtiéndose en un estado totalitario. En ese escenario, un partidario de la libertad es un enemigo. El misterioso terrorista conocido como 'V' aparece tras una máscara, y la historia se va revelando.

"¿Querías matarme? Bajo esta capa no hay carne ni huesos que matar. Sólo hay una idea. Las ideas son a prueba de balas."

La historia nos ha mostrado que no hace falta algo como una guerra nuclear para que los estados se vuelvan totalitarios, para que los individuos se resistan a ellos, para que (el arquetipo de) la libertad logre abrirse paso. La película (de 2006) hace algunas 'correcciones temporales' indispensables; las computadoras no tienen botones multicolores ni ocupan grandes cuartos, la Guerra nuclear deja de ser necesaria, y tenemos a un 'V' mucho más sofisticado en sus diálgos, mucho más seguro de su capacidad retórica.

Raras veces buenos, la mayoría, regulares, varias escandalosamente malos, los resultados de cambiar a los personajes de medio y de soporte son muy dispares, pero intentos vamos a seguir viendo muchos. El personaje elegido puede resultar inferior a las expectativas, y ser una decepción generalizada. Una buena historia, en cambio, puede redimirte siempre.



Sin City, en la Guía del Cómic
Sitio oficial de la película

Boogie el aceitoso, en la Página de Fontanarrosa
Sitio oficial de la película

V for Vendetta en la Guía del Cómic
Sitio oficial de la película

(1)A Robert Rodríguez se le debe juzgar por cintas como El mariach, o From Dusk 'till down. Prefiero creer que tenía tantas deudas de juego con algún mafioso ultraviolento, que se vio forzado a dirigir cosas como Spy Kids para pagarle y salvar su vida.